Historia de la Filosofía Japonesa

Desde la más remota antigüedad los japoneses han creído que los dioses venían en primavera a sembrar y en otoño a ayudar en las cosechas. De modo que toda actitud frente a la vida estaba centrada en las labores agrícolas y en la ayuda que pedían a los dioses con fórmulas rituales durante la siembra y la recolección. De hecho, aún hoy, uno de los pocos ritos solemnes en que participa el emperador como sacerdote supremo del Shinto es la plantación y primera recolección del arroz. En este aspecto el Shinto heredó aquella mentalidad naturalista basada en una filosofía de la vida concreta y real más que en reflexiones metafísicas...
El lugar de encuentro del hombre con las deidades es la naturaleza misma que siempre se presenta viva y como informada por fuerzas misteriosas... Y la mayor preocupación del japonés primitivo era la impureza a una serie de acciones tales como cegar los arroyos de regadío, tocar cosas inmundas, sacrificar animales domésticos, maldecir a los demás y otros actos expresamente señalados como origen de desorden y mancha física o moral.
La distinción entre el bien y el mal y, por lo tanto, el concepto de pecado gira en torno a la mácula que en el sentimiento humano origina toda acción ordenada a impedir el curso natural de la vida, y en general de las cosas que de algún modo se relacionan con los demás.
Historia de la Filosofía Japonesa, 2000
Jesús González Valles