Creatividad al Rescate

Érase una vez una criatura llamada Creatividad. Cuando fue niño se le permitió explorar los confines lejanos de su imaginación: nadie le enseñó cuál era el sonido que debía hacer un tren, así que hizo que sonara como una cacatúa; nadie le dijo que su dragón atemorizaba así que lo traía para su pizza; nadie le dijo lo que una grua debía remolcar así que la uso para jalar el océano. Entonces, un día cuando Creatividad creció, su pueblo pudo acudir a él para inspiracion en el mejor momento, y por eso presidentes y científicos dependen de Creatividad para guiarnos, escritores ganadores del Pulitzer agotan a Creatividad por inspiración, todo el mundo se congrega alrededor de Creatividad para solucionar sus más complicados problemas. Y así fue como Creatividad salvó al mundo.

Butterfly Mesiah

¿Soy un hombre soñando que soy una mariposa, o soy una mariposa soñando que soy un hombre? Murat Pak, dejando más, mucho más

Los Honores Perdidos

El ferrocarril que pasa por la periferia de nuestro barrio y las locomotoras de carbón que zumban "¡tutú! ¡tutú! ¡tutú!", aplastan a su paso a algunos cuscuseros distraídos, "¡Plom!", y arrastran una humareda negruzca para nuestro bienestar supremo; el polvo de la serrería en el lindero de Duala ciudad nos cubre de finas partículas y nos parecemos a los indios de América; y luego el olor mareante de la fábrica de chocolate nos permite oler sólo a chocolate, bombones Chococam o cabezas de negro; ya no sentimos el hambre. Digo todo esto para explicaros que no nos quejamos. Aceptamos esos perjuicios mínimos con la suficiencia digna de quienes abandonan sin pesar su pueblo y esperan la gran inmersión en las aguas luminosas de la civilización.
Nací en esta parte de la República de cameruneses reunidos, en esta urdimbre de vida, de colores, de ruidos y de olores...
Les honneurs perdus, 1996
Calixthe Beyala