A change is gonna come

freestyle

We're gonna hold on

Lo que queda del día

Así, al exponerle las razones por las que prefería hacer mi excursión por el oeste del país, en lugar de mencionar los diferentes atractivos descritos por mistress Symons en su obra, cometí el error de explicar que la antigua ama de llaves de Darlington Hall vivía en esa región. Imagino que, a partir de ahí, intenté hacer ver a mister Farraday que el viaje me permitiría tantear una posible solución que quizá fuese la mejor para nuestro pequeño problema doméstico, pero al mencionar a miss Kenton me percaté de pronto de que más me convenía no proseguir con este tema. No sólo no estaba seguro de que miss Kenton quisiese volver a trabajar con nosotros, sino que desde hacía un año, desde que me había entrevistado por primera vez con mister Farraday, no le había vuelto a comentar la cuestión de aumentar el número de criados. Hubiera sido pretencioso por mi parte, y pretencioso es decir poco, seguir manifestando en voz alta mis propios planes sobre el futuro de Darlington Hall. De hecho, me callé bruscamente y me sentí muy violento. En cualquier caso, mister Farraday aprovechó la oportunidad para reírse y, malintencionadamente, dijo:

‑Pero Stevens, ¿aventuras a su edad?

Fue una situación muy embarazosa, en la que lord Darlington nunca hubiera puesto a un empleado. No quiero con ello dejar en mal lugar a mister Farraday, ya que, después de todo, es un caballero norteamericano, con una educación diferente. Ni que decir tiene que no había querido molestarme, pero, evidentemente, repararán en que la situación me resultó violenta.

‑Nunca habría imaginado que fuera usted un mujeriego ‑prosiguió‑. Supongo que será un modo de quitarse años. Claro que, siendo así, no sé si debo facilitarle un encuentro tan sospechoso.

Como es natural, tuve la tentación de negar rotundamente las razones que mi patrón me atribuía. Por fortuna, me di cuenta a tiempo de que, de haber actuado así, habría caído en la trampa de mister Farraday y la situación sólo habría sido más incómoda. Por lo tanto, aunque azorado, me quedé en espera de que mi patrón me diera su consentimiento para emprender el viaje.

Kazuo Ishiguro
The remains of the day, 1989

which side are you on

tiempo

No creo que la mente humana pueda comprender el pasado y el futuro. Los dos son sólo ilusiones que te pueden manipular para que pienses que hay algún tipo de cambio.
No parece haber ningún mañana. Cada vez que he despertado, sin importar en qué posición, siempre ha sido hoy

Bob Dylan
en los 60s

Números

Lithium

Left of center

Giz

El vacío y la nada en el budismo

Y así, por ejemplo, mientras el occidental prefiere las formas reales de las cosas, el oriental se inclina a la ausencia de formas, a los espacios vacíos o a los silencios de una pieza musical. Para servirnos de una expresión gráfica, diríamos que el alma oriental se siente fascinada ante el silencio circundante de una montaña solitaria donde, por ejemplo, esté trinando un ruiseñor. Parecerá una contradicción pero el trino del ruiseñor hace que el silencio reinante en la montaña sea más profundo. En esta situación, el oriental diría que los trinos del pájaro revelan el silencio o, dicho de otro modo, el canto del ruiseñor expresa un no-canto...
Tamura, Y.
Bukkyo ni okeru Ku to Mu, 1971

La perspectiva científica

Si el lector cuenta entre sus conocidos a algún eminente hombre de ciencia acostumbrado a las más minuciosa precisión cuantitativa en los experimentos y a las más abstrusa habilidad de las deducciones de los mismos, sométalo a una pequeña prueba, que muy probablemente dará un resultado instructivo. Consúltele sobre partidos políticos, teología, impuestos, corredores de rentas, pretensiones de las clases trabajadoras y otros temas de índole parecida, y es casi seguro que al poco tiempo habrá provocado una explosión y le oirá expresar opiniones nunca comprobadas con un dogmatismo que jamás desplegaría respecto a los resultados bien cimentados de sus resultados de laboratorio.

Este ejemplo demuestra que la actitud científica es, en cierto modo, no natural en el hombre. La mayoría de nuestras opiniones son realizaciones de deseos como los sueños de la teoría freudiana. La mente de los más razonables de entre nosotros puede ser comparada como un mar tormentoso de convicciones apasionadas basadas en el deseo; sobre ese mar flotan arriesgadamente unos cuantos botes pequeñitos que transportan un cargamento de creencias demostradas científicamente. No debemos deplorar del todo que así sea; la vida tiene que ser vivida y no hay tiempo para demostrar racionalmente todas las creencias por las que nuestra conducta se regula. Sin cierto saludable arrojo, nadie podría sobrevivir largo tiempo. El método científico debe, pues, por su propia naturaleza limitarse a las más solemnes y oficiales de nuestras opiniones.

Bertrand Russell
The Scientific Outlook, 1931

Stars

Evident Utensil

El rogadero

Pinchcliffe Grand Prix




Pinchcliffe Grand Prix
Director: Ivo Capino
Noruega, 1975
75 min

Parto Natural

No es posible asistir dignamente a una mujer parturienta sin comprender la verdadera naturaleza del parto: es un acontecimiento involuntario, tanto como el sueño o el orgasmo, aunque mucho más complejo. Todos sabemos lo que ocurre cuando uno trata de controlar o dirigir mentalmente estos procesos: simplemente no ocurren...
Debe pues evitarse todo lo que active el pensamiento racional en la mujer de parto: hablarle sin necesidad, darle órdenes o interrumpirle en su “viaje interior”. También interfieren las luces, los ruidos, el frío, la prohibición de comer, la incomodidad de tener que mantener una postura determinada o estar en un lugar poco apropiado, como es el paritorio. Las condiciones necesarias para un parto fluido no difieren mucho de las condiciones idóneas para dormirse: intimidad, penumbra, silencio… todo lo que permita a la mujer ensimismarse. Dice Sheila Kitzinger que “el lugar ideal para dar a luz es el mismo que para hacer el amor”.
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Isabel del Castillo
La revolución del Nacimiento, 2006