The River


El vividor

Una noche, de pronto, abro un libro tuyo
Por darle una sorpresa a mis recuerdos.
Playas,
sirenas,
ángeles,
barcos,
Neruda,
Lorca…
Lo mismo que emigrantes que regresan a casa
las palabras vuelven a sus poemas
y ocupan su lugar.

Hace mucho que tú te has ido y yo soy otro,
pero éste también te echa de menos:
el hombre que ya sabe que al día de mañana
sólo llega quién cambia a tiempo de pasado,
que escribir es irse quedando sin palabras
y ser libre
que nadie sepa dónde irte a buscar,
no ha olvidado nada de lo que me enseñaste.

Siempre que pienso en ti y en mí somos felices,
tú aún no has intentado corregir tu destino
igual que si escribiéndose otro nombre en la mano
pudiera uno alterar lo que le espera,
y yo soy todavía
tan joven
que esos años
son la suma
de las cosas que hice cuando aún no era yo.
[...]

Si lo que ves no es justo, lucha para cambiarlo.
Si un sueño te tiene, hazte realidad.