La luz fantástica

El sol se alzó lentamente, como si no estuviera seguro de que el esfuerzo valiera la pena.
Amaneció otro día del Disco, pero muy gradualmente, y he aquí la razón.
Cuando la luz tropieza con un campo mágico fuerte, se le olvida qué es la prisa. Se ralentiza al momento. Y en el Mundodisco la magia era cualquier cosa menos escasa, lo que significaba que la suave luz amarilla del amanecer, fluía sobre el paisaje dormido como la caricia de un amante gentil, o en opinión de algunos, como jarabe dorado. Hizo pausa para llenar los valles. Se apiló contra las cadenas montañosas. Cuando llegó a Cori Celesti, la espiral de quince kilómetros de altura de piedra gris que constituía el eje del Disco y el hogar de sus dioses, los montones fueron creciendo hasta desplomarse como un enorme tsunami perezoso, tan silencioso como el terciopelo, por todo el paisaje.
Era un espectáculo sin igual en ningún otro mundo.
Pero claro, es que ningún otro mundo viaja por el infinito estelar a lomos de cuatro gigantescos elefantes que a su vez reposan sobre el caparazón de una inmensa tortuga....
The Light Fantastic, 1986
Terry Pratchet