la docencia y la obediencia

La redefinición del proceso de adquisición del saber, en términos de “escolarización”, rompió los vínculos mediante los cuales la gente aprendía mutuamente (sin saber quién es el maestro o el alumno) y subordinó el saber a la obediencia –al aceptar a una autoridad “superior” que dictamina si la enseñanza se cumplió o no. Esto terminó santificando en general toda superioridad, como si ésta fuera algo “natural”, creando la ilusión de subsanar una necesidad cuando en realidad se provocaba “una nueva forma de la marginación y una perversión epistemológica de la percepción social de la estructura del sistema”
Dialogar con Iván Illich