Década

Hay mediodías como copas de radiante vino. Yo bebo de su cóncavo presente y fluyen los tejados, las antenas que enredan sus trayectos, los parques invernales donde orinan con bella simetría dos ancianos. El licor desmesura los colores. Pero más bien podría sintonizar mi olfato y adivinar la trama de la lluvia, un cierto hedor en la mañana que pronto manchará de amargo líquido el recipiente como un cráneo de la tarde...