Orfeo

El alma humana es, según la creencia órfica, inmortal, solo debe expiar, en sucesivas reencarnaciones el componente titánico de su naturaleza, del que solo mediante purificaciones puede emanciparse. Posee un destello divino que asegura para siempre su naturaleza divina, pero está fundido con la maléfica sustancia carnal de los Titanes, fulminados y reducidos a cenizas por el rayo de Zeus en razón de haber dado muerte al niño Dionisos, hijo del padre de los dioses y de Sémele, una mortal (en otras versiones hijo de Zeus y Perséfone)

El canto de las sirenas, 2007