Anecdota
Posted by Pavel eSe in zlibros on jueves, 15 de marzo de 2012
El naturalista Alexander von Humboldt le dijo a un amigo,
que quería conocer a un verdadero lunático, y éste lo invitó a cenar.
Días después, Humboldt se encontraba cenando con dos hombres.
Uno era cortés, algo reservado y no entraba en conversaciones ligeras.
El otro vestía ropa pobremente combinada, parloteaba a sus anchas acerca
de cualquier pendejada, gesticulaba salvajemente, hacía caras horribles.
Al final de la cena, Humboldt se dirigió a su anfitrión.
“Me gusta su lunático”, le susurró señalando al hombre parlanchín.
El anfitrión frunció el ceño:
“Pero el lunático es el callado; el hombre que está señalando es monsieur
Honoré de Balzac”.
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